27.9.13

Silenciosa

"Retirado en la paz de estos desiertos,
Con pocos, pero doctos libros juntos,
Vivo en conversación con los difuntos,
Y escucho con mis ojos a los muertos."
Francisco de Quevedo

Bombeo sangre como las plantas clorofila a sus hojas. Diríase que tu silueta acciona el semillero de mis huevos, germinando en mi polla. Enredaderas azules ascienden por el talle de mi miembro.

Bombeo sangre tan generosamente que me asusto, ¿de dónde procederá este caudal hemoglobínico? me pregunto asombrado.

Crecerá hasta el rigor. Lo tengo constatado. Pero contigo temo por las válvulas que controlan tan biológica función. ¿Y si no cesa de crecer? ¿Puede el deseo hacer descarrilar la naturaleza?

Pero ni el asombro ni la angustia impiden homenajearte. Tu foto son pixels en una pantalla, impulsos binarios, efervescencias lumínicas; son todo eso y algo más.

No voy a descubrir el "algo más". Eso es privado. Pero es lo que convierte una paja en un acto de devoción, una corrida en una ofrenda de deseo, un alivio en un acto de desesperación.

Te miro, para descubrir secretos en tu cuerpo. Y mientras, me deleito practicando la arqueología en tu bajo vientre, dibujando las rutas por las que una lengua pudiera navegar sobre tu piel, calculando la resistencia de tu coño al penetrarlo.

Duro. Duro mi miembro y duro no sentirte. Ya sé como acabará todo. No hace falta consultar el oráculo. Y quiero, y no quiero.


Abres la liviana tela negra como invitándome a mirarte por última vez antes de sacrificarme en leche. Y sí, claro que te miro. Te miro con lascivia, te coloco los adjetivos más sucios que encuentro, los más rastreros, los más bajos... mi puta, mi adorada puta....
¿Dime qué quieres? pronuncio en el silencio, vamos puta, ¿dime qué quieres? Y a cada sílaba que pronuncio mi espalda se va arqueando y mi culo se vuelve bronce.

Nunca contestas, te encanta el silencio, déjarme hacer.

Pero...cerré los ojos. Y en la oscuridad sentí tus manos agarrando mi cabeza llevándola hasta tu vientre, arrastrándola tirando de mi pelo hasta tus sombrías posesiones y una vez allí, apretándola hasta ahogarme, oí tu voz licuada... "Dame la leche de tu polla cabrón, dame lo que fermenta en tus huevos... dáselo a tu puta...."

Pasó un segundo o toda una eternidad, no lo sé.
La luz volvió. Con ella la consciencia.
Regresó el aire a mis pulmones, vi mi mano convertida en una copa rellena de blancuzco licor,  me dolía la espalda y mi polla era una fragua abandonada.

Tu foto seguía en la pantalla. Silenciosa. Acerqué mis labios..... Besos que no llegan a ninguna parte.

23.9.13

¿Recuerdas?

Aún me pongo arrozuda cuando recuerdo cada vez que llegabas cansado y al entrar en casa no necesitabas ni hablar, pues Tu cara lo decía todo. 
Como de costumbre y siguiendo Tus órdenes, cuando abrías la puerta me encontrabas allí desnuda y arrodillada frente a Ti, y después de chuparte la polla, corría por agua caliente con sal para aliviarte un poco, luego empezaba a masajearte los pies con aquella crema tan milagrosa que tienes.

Tu rostro poco a poco se iba relajando con cada toque de mis manos bien adiestradas, al mismo tiempo que Tu polla empezaba a crecer otra vez, me hacía la que no me daba cuenta pero estaba pendiente de cada movimiento de Tu cuerpo por imperceptible que fuera. Tan pronto te la veía morcillona empezaba a chupar uno a uno los dedos de Tus pies, empezaba por el más pequeño en Tu pie derecho, el siguiente, el otro, el contiguo y mi lengua asomaba a Tu empeine, luego lamía despacio el dedo gordo y era en ese momento que mi coño ya estaba como un mar, no hacías demorar mi placer y bajabas Tu pie para que se mojara en mi agua salada. Seguía lamiendo suavemente la planta de Tu pie izquierdo, es más sensible, con cada toque de mi lengua te estremeces, empiezas a jadear y a decirme que continúe así, "lo haces muy bien putita" yo obedezco, los deseos de mi AMO son los míos, chupo entre Tus dedos mientras siento Tu otro pie hundiéndose en mi coño ya empapado, alternas para que te limpie y me chupe todos mis jugos, eso te la pone más dura, sigue creciendo, creciendo, el glande brillante, brotando esa babita transparente que me encanta chupar, pero no me lo permites, me debo concentrar en Tus pies, en ese momento son la prioridad.


Me haces una seña para que empiece a subir, lentamente paso la punta de mi lengua por toda Tu piel, mordisqueo Tus rodillas, beso Tus corvas, flaqueas, a veces el placer te hace perder el control pero te repones de inmediato, luego la cara interna de Tus muslos y ya Tu polla a punto de estallar, dura y enorme pero no me permites tocarla, aún no es tiempo, sé perfectamente donde tengo que ir primero... Tu culo, con su aroma inconfundible a Ti, mezcla de jabón de almendras, Hugo Boss y Tu sudor, ese olor Tuyo que sabes me vuelve loca, empiezo a morderte las nalgas sólo para que se pongan algo coloradas pero sin llegar a hacerte daño, luego paso mi lengua por toda Tu raja desde el inicio de Tu espalda y sigo bajando con ansia, con mi deseo por Ti a flor de piel, separo Tus nalgas para descubrir Tu agujero que palpita expectante, hundo mi lengua en él y la sientes suave, húmeda, pequeña, juguetona, lamo las paredes de Tu agujero, la piel alrededor, toda la raja otra vez hasta el inicio de los huevos, jadeas como un animal cuando con mi lengua me abro paso hacia Tus huevos para comérmelos a placer, "¡Así zorra, sigue así!", mi boca empieza a chupar más rápidamente, ya mi placer no importa, sólo el Tuyo, te mueves, gimes, respiras fuerte, sé que estás a punto de correrte y entonces tiras de mi pelo con fuerza para regalarme lo que más me gusta...Tu polla!!!


Me follas la boca de forma salvaje, a un ritmo fuera de Ti, ya viene la leche, siento como sube, como con cada empujón saldrá como fuente vertiginosa y me bañarás con Tu placer que es el mío, toda Tu leche corre por mi boca, cara, pelo, cuello, tetas, me untas toda y soy feliz AMO, sabes que soy muy feliz.

19.9.13

Esmeralda, Rosa, Inma o María, su nombre me da igual

"Gire a la izquierda"

Podría girar a la izquierda pero no. Me gusta volverla loca. Ya sé que a ella no le gusta. Que se descontrola y que la obligo a consultar a más de un satélite mi posición....

¡¡Pero me gusta tanto jugar con ella!!

"Manténgase en el carril de la derecha"... 
No acaba de decidirse a tutearme.

Yo creo que es tímida. Cierto es que nos conocemos desde mi cumpleaños, hace ya tres meses, y que con tal periodo de tiempo deberíamos haber pasado al tuteo pero... me sigue tratando de usted.
Y eso le da un encanto de niña-bien, educada en colegio francés. (De hecho a veces cambio el idioma solamente por el gusto de oír su voluptuosa vocalización francesa)

"Esté atento, desvío a cien metros"

La autovía esta desierta a las tres de la tarde de un jueves cualquiera.

Con dificultad extraigo mi polla del pantalón.

"Desvío próximo, atención a su carril"

No está dura pero tiene la gordura perfecta para masajearla a gusto.

"Desvío, gire a la derecha"

¡Mi bella acompañante... que bien me pajeas!

"Atención, atención, gire inmediatamente a la derecha"

Ya, ya.... si sé que te gusta ponerle picante a mis pajas, ¡¡¡zorrilla!!!

"Debe girar a la derecha... ¡ya!"

ya... pero que ansiosa eres... siempre ese deseo de mi leche...

"Aminore la velocidad para incorporarse al carril de salida"

¿Ahora quieres que aminore? ¿ahora que tengo la polla a explotar? Serás viciosa.... ¿no quieres que acabe, verdad?

"Reposicionando...."

Reposiciona mi guarrilla... mi lasciva guía de tráfico... reposicióname la polla... venga así....

"Reposicionando..."

Sí.... repóllate... sí.... ahora..... reposiciónate que te la estoy metiendo en todo tu carril de entrada..... siiiiiiii

Acierto con mi corrida en medio del rombo de mi Renault. Es una habilidad que he ido adquiriendo a medida que aumentaban mis pajas al volante.

"¿Desea introducir un nuevo destino?"

Pero qué insaciable eres... Acabo de terminar una paja y ya me estás pidiendo más sexo. Bueenooo... pero un destino distante para que me calientes bien con esa voz que tienes de pelandusca.

"Su destino ha sido memorizado. Circule durante 40 kilómetros, sin salirse. Repito, sin salirse..."

Uffff... me vas a destrozar cariño... ¿Qué haría sin ti?

16.9.13

Viaje

Podía sentir su emoción a través del hilo telefónico, me dice que nunca miente y como me creo todo lo que me dicen pues seguramente es así, el caso es que la alteración que percibí en su voz es difícil simularla.

Sus palabras me llegan atropelladamente, es como si me quisiera decir más de lo que escucho, pasa de un tema a otro sin nexo causal y eso me divierte, río, y sé que mi risa le provoca más excitación, si cabe.

-Ojalá pudieras ver el hermoso paisaje que contemplo ahora
-Descríbemelo
-Amenaza borrasca, el cielo está gris y contrasta con el verde que se ve en los campos, las montañas son imponentes y veo molinos por todas partes, muchos molinos, me gustan los molinos
-A mí también
-He aparcado a un lado de la carretera, no puedo conducir en el estado en que me tienes
-Me parece muy bien que te detengas, no quiero ser la causante de un accidente por describirme el paisaje
-Sabes que no es por eso
-¿Ah no?
-No te hagas la boba, eres una bruja!!!
-Vale, entonces descríbeme el paisaje que te hizo detener...

Mientras me hablaba cerré los ojos, me acomodé en el sillón, mi voz se hizo un susurro y me aferré a la suya para iniciar nuestro primer viaje, ese que nos hizo sentirnos adolescentes de quince años por unos minutos.

6.9.13

Lot

Tras la destrucción de Gomorra y Sodoma tan solo queda un hombre, Lot, al que acompañan sus dos hijas.
Deseosas de tener descendencia emborrachan a su padre y fornican con él durante dos noches.


"Lot y su hija" de Albrecht Altdorfer, 1537
Museo Kunsthistorisches de Viena.

Escúchame bien y con atención hermana, apenas hay tiempo para divagaciones o dudas, el sol se esconde y debes ir presta a su encuentro.
Ayer forniqué con nuestro padre, una y otra vez hasta dejarlo inerte. Hasta vaciar el esperma de sus testículos. Así debe ser y así será esta noche contigo.

Empapa su conciencia de vino, rellena su copa con premura y enciende sus lúbricos deseos con la visión de tus púberes pechos, con el roce de tu cabello en su polla, con palabras obscenas y sucias.

Mira hermana como refulgen las llamas de Sodoma en el horizonte, ningún macho sobrevivió a la cólera de Dios. No hay hombres que engendren descendencia en nuestros vientres, salvo nuestro padre.
¿Crees hermana que cuando el instinto de la procreación muerda tus entrañas escaparás al dolor? ¿Que hallarás en tu limitada vida, alimento para esa alimaña que buscará tus mamas?

Llena tu vagina con su esperma, no dejes de sonreírle mientras copula sobre ti enloquecido por el placer, susurra a su oído las aberrantes bacanales que protagonizaban los sodomitas, atrápalo con mil sortilegios hasta que llene tu coño de ese líquido pastoso y vivificador.

No temas sus babosas palabras, sus manos endebles en tu cintura, sus labios saciándose en tu entrepierna. No temas cuando le llegue el llanto, ni cuando la duda o el arrepentimiento hagan peligrar la empresa; no temas si menciona a Dios y su cólera, o si el vino le hace escupir sobre ti mil maldiciones e insultos.

Abre tus piernas para encajarlas en su torso como una araña asesina a su presa, y no le sueltes, hermana.
Llegará la mañana y abandonarás su lecho sucio de vino, espumarajos, vómitos y semen abandonado.
Pero, hermana, contigo llevarás la vida y la descendencia de los hombres, de la humanidad...

3.9.13

Ayer...

Quedamos en vernos temprano para poder aprovechar todas las horas que tuviéramos disponibles, era nuestro primer encuentro y teníamos mucho que contarnos, muchos secretos para compartir...

Nos reconocimos al instante y como si fuéramos una pareja que no se ve hace años, nos fundimos en un abrazo del que nos costó desprendernos. Reíamos, hablábamos de prisa, caminábamos sin rumbo fijo, no importaba tener un destino concreto al cual dirigirnos, sólo contaba el hecho de habernos encontrado.

Tenía una sonrisa pícara que hacía que sus ojos brillaran y se le iluminara la cara cada vez que se reía... no me cansaba de mirarle, de escucharle, y me parecía mentira que yo estuviera sentada ahí, que por fin estuviéramos frente a frente, y que con cada palabra comprobara que teníamos sensaciones parecidas, que nuestro sentir es casi igual.

Se ofreció a llevarme a casa aunque miró su reloj con preocupación por lo tarde que se le había hecho, estuve tentada a rechazar su oferta para no causarle molestias, pero me quedé callada y subí a su coche rápidamente antes que cambiara de idea.
Al llegar al parking le dije que subiera, que tenía un café muy bueno y le sentaría muy bien, que ya iba tarde y media hora mas o menos, no hacía mucha diferencia. Aceptó.

Mi piso estaba en penumbra ya que había dejado bajadas las persianas de las ventanas que dan al poniente, así evito el calor y logro un ambiente muy agradable, me gusta, ni siquiera tengo que encender el aire acondicionado.

Mientras le servía miraba su móvil e hizo una pequeña mueca de disgusto porque no lograba oír unos mensajes que tenía, le pregunté si eran importantes y me contestó que no, así que lo dejó a un lado y volvió a centrar su atención en mí.

Yo me sentía nerviosa, confusa, no sé si sería por su mirada que de pronto era tan intensa, o por el tono de su voz que se volvió más suave, o por la penumbra que nos envolvía, pero de repente me pareció como si todo hubiera cambiado. 
-Déjame ver tus manos- me dijo, y al posar las suyas sobre las mías sentí un corrientazo que me atravesó de pies a cabeza.

Luego se detuvo el tiempo, no sentí ni calor ni frío, y dejaron de importarme el café o el vino, sólo necesitaba el sabor de sus labios en los míos...

La tarde transcurrió con su fragilidad en mis manos, dejándome contemplar y acariciar sus senos perfectos, percibiendo su piel erizada por el placer que le prodigaba, mi lengua recorriéndola entera, y su mar derramándose en mi boca.

Bastó un sólo roce para desatar nuestras pasiones...