En un futuro cercano, Theodore, un escritor solitario, consigue un nuevo
sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Artificial y
diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para su
sorpresa, se crea una relación romántica entre él y la voz femenina de
ese sistema operativo.
Ya lo venía avisando desde Esmeralda, Rosa, Inma o María, su nombre me da igual, porque estoy segura que todos, alguna vez en la vida, nos hemos enamorado de una voz.
A mí ahora hay una voz que me excita, no diría que me enamora porque la sensación que me produce es únicamente física, pero lo cierto es que en cuanto escucho su voz mi coño empieza a gotear, incluso a veces ha logrado hacerme llegar al orgasmo sin necesidad de tocarme, su voz me hace vibrar hasta la fibra más íntima de mi cuerpo y deseo seguir oyéndola per secula seculorum...