Llevo varias noches soñando lo mismo...
Te veo atado en mi cama, eres tú, estoy segura, no tanto porque tu cara la vea con claridad, pero tus manos sí, eso me confirma quien eres, con esos dedos largos, delgados y de uñas cuidadas, así de nítido es mi sueño.
Me pides que te desate pero no accedo, te tengo a mi merced y eso te tiene muy excitado, tu polla la veo dura como un riel, el capullo a punto de reventar y verte así me pone a mil.
Empiezo a besarte de pies a cabeza pero quiero lo que es sólo mío, lo que sólo yo disfruto, y como deseo tomarlo de inmediato, te volteo. Centro la luz de la lámpara en tu culo, advierto un leve temblor, sabes que no te haré daño pero aún así siempre te asustan los preliminares. Separo tus nalgas y me extasío contemplando tu ojete que palpita, dejo caer un hilo de saliva en él para lubricarlo y luego aplico mi lengua con movimientos circulares, eso te vuelve loco y te hace olvidar lo que viene.
Paso mi lengua de tu ojete a tus huevos alternativamente, chupo, succiono, lo disfruto, mmm...! que rico está. Empiezo a masajearlo con un dedo y a introducirlo lentamente, relájate, así, no te haré daño.
Aflojas y mi dedo se introduce entero, entra y sale con suavidad así que intento con otro, ya son dos los que ocupan tu culo, mientras los introduzco recorro tu columna vertebral con mi lengua hasta llegar a tu boca, me gusta besarte mientras te follo con mis dedos.
Voy por un dildo y le aplico bastante lubricante, vuelves a poner carita de susto, así que te beso nuevamente y te doy a probar mis dedos mientras muy despacio voy introduciendo el dildo, me gusta sentir el sabor de tu culo en tu lengua y siento algo salado, una pequeña lágrima ha resbalado hasta tu boca. ¿Te hice daño amor? No, es la sensación inicial. Sigo besándote y mordisqueando tu oreja mientras el dildo ocupa tu culo, nuevamente te excitas y mi coño ya está empapado, así que te volteo nuevamente y te suelto la mano derecha.
Me monto sobre ti a horcajadas y me meto tu polla de golpe, la siento fría y eso me excita más si cabe, me emputeces, me pones más salida, empiezo a cabalgarte y te ordeno que me metas un dedo en el culo, entra sin dificultad y al sentirlo no aguanto más, me corro sobre ti como una perra en celo, y siento como tu leche me inunda.
Metes tu dedo en mi boca, me besas y susurras muy quedo: Así, así, mi putita, por eso TE ADORO...
Pero anoche fue distinto, no quedé rendida y exhausta como las otras veces, quería más, necesitaba chupar tu polla, sentir tu lengua hurgando en mi coño, tus dientes mordiendo mis pezones, tus manos apretándome toda, tu frío fundiéndose en mi calor, mi deseo por ti era tal que no pude contenerme y abrí los ojos para implorarte que me follaras nuevamente...
Y entonces te vi, por una fracción de segundo, pero te vi, huías presuroso por mi ventana, no eras un sueño, no eres un mito, ERES REAL. Todas estas noches estuviste aquí, en mi cama, me poseíste y gozaste mi cuerpo como el que más; y ahora que te he visto, que te conozco, que he sentido tu polla helada dentro de mí... ¿Volverás?