Cuando paso sus páginas me embarga una emoción creciente, encontrar este libro justo aquí me parece mentira, mis ojos se abren más y más llenándose de asombro e imágenes bellas.
Lo he mirado de principio a fin varias veces, cada vez que lo abro encuentro algo maravilloso en lo que recrear mi tiempo. Dejo volar mi imaginación y me parece que estoy frente al pintor de turno, que sus ojos me recorren de pies a cabeza auscultando cada milímetro de mi cuerpo para tratar de adivinar lo que pienso, lo que siento, mientras poso para él.
Me transporto a la época de Cimabue y Giotto, pasando por Masaccio, Jan van Eyck y Rogier van der Weyden; me tiendo al lado del Cristo muerto de Andrea Mantegna y renazco con la Venus de Botticelli. La Gioconda de Leonardo me sonríe y uno fuerzas para que el Adonis de Tiziano no nos abandone y mejor me inmortalice como a su Venus de Urbino. Me transformo en la Judit de Caravaggio mientras su ángel guiñándome el ojo, me transmite toda la complicidad de su Amor Victorioso.
Entonces dejo el libro de lado y pienso que ya somos dos los que tenemos la suerte de mirar con ese descaro, y reírnos del mundo, si nos da la gana...
Parece increíble la complicidad que se genera en infinidad de cosas, puede ser en un libro, en una pintura, una mirada, una media sonrisa o la estela que a su paso deja ese ser especial que en automático nos impregna, me gusta la complicidad, me gustan su múltiples forma de atraparnos y las maravillas que logra en un instante.
ResponderEliminarUn abrazo Laura
Así es amysu, así a priori no se pueda tener complicidad con los objetos, me gusta personificarlos y tener esa actitud con ellos, sentir que son los depositarios de mis secretos más íntimos.
EliminarAhora también tengo a alguien con quien siento que existe una complicidad que ni siquiera entiendo, porque a veces siento que conoce todo de mí sin haberle dicho ni una palabra, pero esa es otra historia jejeje
Besos preciosa
Siempre acabas encontrando el libro o el lugar del arte dónde alguien ha pensado lo que tú. Y reconforta y gusta. Pero somos unos cuantos los que nos reímos del mundo. Al menos cuando cuando se nos pasan las ganas de llorar.
ResponderEliminarS y gracias a ti he encontrado algunos libros con los que me he identificado plenamente, donde siento que las situaciones descritas son el relato de mis propias vivencias.
EliminarY aunque últimamente me he vuelto muy llorona, (las hormonas que las mantengo alteradas) todavía tengo ganas de reírme del mundo...
Besos (BEP)
COMPLICIDAD : Tremenda palabra, a mi juicio infravalorada, cuando por la mayoría de quienes la usan, lo hacen de forma superficial y casi inconsciente. Tomando el todo por la parte... sin arriesgar, sin dar o participar, como sería de esperar.
ResponderEliminarCOMPLICIDAD : Palabra mutilada en el zenit de su zona alta, para dejarla menguada acorde con la parte contratante menos comprometida..
COMPLICIDAD : Al 100%... sí. A la altura de las limitaciones de la parte contratante más alocada, más arriesgada, más insolente o kamikaze.
Coincido contigo Mahler, como ya lo he bosquejado en la respuesta a amysu, la complicidad es una actitud que se hace evidente cuando dos personas comparten algo que es secreto para los demás, y precisamente eso es lo que a mi juicio, hace que la relación entre ese par sea mágica.
EliminarTen por seguro que soy cómplice al 100%...
Beso-Te
Me da envidia, Laura... Me gustaría encontrar mi reflejo en obras de arte y autores de la talla de los que enumeras, pero yo me quedo en algunas películas donde veo mi vida y mis sentimientos reflejados como si fuera yo misma.... Desde el diario de Bridget Jones hasta la Letra Escarlata... :S
ResponderEliminarUn beso, Lau
Novi a mí también me pasa con algunas películas, que no todo es literatura y pinturas de grandes artistas, ya quisiera ser tan culta como parece.
EliminarDe las pelis que apuntas, la mía definitivamente es el diario de Bridget Jones pero sin el galán jajajajajaja
Besos preciosa y feliz fin de semana