Salí a dar un paseo sin rumbo fijo para despejarme un poco y porque la mañana estaba radiante. Me senté en una terraza a tomar un café, contemplar el paisaje primaveral con flores por doquier y ver pasar gente, me divierte observar como caminan, oír retazos de charlas que luego completo con mi propio argumento, en síntesis a pasar el tiempo relajada.
En esas estaba cuando me llamó la atención una pareja que estaba unas cuantas mesas más allá, al sol, (seguro bronceándose pues les hacía falta) y leyendo el periódico, cada uno absorto en las páginas que tenían en las manos. Como siempre me fijé más en él, por supuesto, delgado sin ser flaco, unas hermosas manos con dedos largos y uñas bien cuidadas, cabello castaño claro, piel muy blanca como ya dije y una sonrisa divina motivada por algo que leyó y me derritió de inmediato. Se me olvidó el resto de la gente, me concentré en ellos y empecé con mis elucubraciones de rigor. ¿Serán novios?, ¿amigos?, ¿hermanos? No, como van a ser hermanos, no conozco los primeros que salgan a leer el periódico en una terraza al aire libre y en esas se disiparon mis dudas, ella le habló algo que no entendí y le dio un beso en la boca, ya estaba claro, eran pareja, pero no me importó, seguí embelesada mirándolo hasta que se dio cuenta que lo observaba. Al principio no me prestó atención, pero después de cuando en cuando levantaba su vista del periódico para dirigirla hacia mí, a la segunda vez le sonreí descaradamente y se puso colorado como un tomate, jajajaja me encantó esa aparente timidez.
A la quinta vez que volvió a mirarme decidí actuar y corrí mi silla para que me viera de frente, por fortuna me puse falda esa mañana, así que podía hacerle el cambio de luces directamente.
Él ya no se concentraba en lo que leía, su atención estaba puesta en otra mesa, la mía. Me excitaba el nerviosismo que se le notaba a leguas, haciendo hasta lo imposible por mirarme sin que la mujer se diera cuenta. Me agaché y empecé a subir mi dedo índice lentamente por mi pierna, a él se le hacía agua la boca, al llegar a mi rodilla lo introduje por la cara interna de mis muslos y volví a sonreírle; su mujer volvió a hablarle y yo pedí un jugo de fresa. Siguieron leyendo y yo observándolos hasta que nuevamente se fijó en mis piernas cruzadas y en mi gesto insinuante, así que descrucé las piernas y las fui abriendo lentamente, saqué un cubo de hielo del vaso y lo empecé a deslizar por mis muslos, él ya no podía disimular y para nuestra fortuna su mujer se levantó de la mesa, al quedarse solo se descaró y me hizo gestos para que le abriera más las piernas; cuando se percató que no llevaba ropa interior, noté como su mano volaba hasta su polla que empezaba a crecer vertiginosamente. El frío del hielo y su tremenda erección provocaron que se desbordara mi mar, me chupé los dedos mirándolo fijamente mientras él metía su mano dentro del pantalón, imaginé el calor y la dureza de su polla y metí mis dedos en mi coño empapado, se deslizaron con suavidad haciéndome estremecer, él seguía mirándome y frotando su polla, yo no vi nada más, perdí el sentido cuando llegué al orgasmo.
Al recuperarme ella se dirigía hacia su coche y él pedía la cuenta, llegó una vendedora de flores y le compró un ramo, al pasar junto a mí las dejó sobre la mesa y me dijo en un susurro: -Te espero aquí el próximo domingo a la misma hora, vendré solo.-
Ya me dirá, donde toma el zumo y a que hora?
ResponderEliminarPrometo no molestar solo la observaré con mi Martini.
Soy curioso sabe?
Beso
Usted nunca me molesta signore...
EliminarSu curiosidad es infinita e insaciable, lo tengo presente.
Besos
"¿Qué te pasa?", me pregunta Isis. "Nada... ¿ha de pasarme algo?" "Entonces será la primavera..." "Será..." "¿El martini largo o corto?" "Largo, con mucho hielo, por favor..."
ResponderEliminarLa veo desaparecer por la puerta del bar a cuya terraza acudimos los Domingos para, como gatos vagos, leer los periódicos y tomar martinis y aceitunas. La primavera que desconcierta mi lectura y también mis neuronas está frente a mi. Ahora, ante la ausencia de Isis, se vuelve más atrevida y abre descaradamente las piernas. Bebo impulsivamente los restos de mi martini y del abombado vaso deslizo un hielo a mi boca. Ella toma también un hielo de su vaso y lo pasea con irritante lentitud por sus muslos. Huellas húmedas que ascienden en busca de una encrucijada abultada, sonrosada y reluciente, su coño. Mi lengua acaricia el hielo y llevo mi mano al bolsillo del pantalón. Noto a través de la liviana tela mi miembro engordar como una morcilla en matanza. Apenas unos metros me distancian del suculento manjar que se exhibe esplendoroso. El hielo se ha fundido en mi boca, mi miembro se ha endurecido, e Isis aparece por la puerta del establecimiento con dos martinis en sus manos.
"Estas rojo... ¿te encuentras bien?" me pregunta mientras deposita las bebidas en la mesa. "Es este sol primaveral..." "Ya... ¿te has fijado en la mujer de enfrente?" "¿Por qué?" respondo nervioso mientras una aceituna bromista se escapa resbaladiza de la punta de un palillo y cae al suelo. "Porque es hermosa y... porque me está sonriendo y no la conzoco de nada" "No, no me habia fijado en ella..." y tomo un largo, larguísimo, trago de martini rojo mientras leo en el periódico que anuncian un tiempo soleado y primaveral. "Oye... ¿te apetece una ración de sexo antes de comer?" Isis lleva disimuladamente su mano a mi entrepierna palpando mi abultamiento y después de un roce de sus labios en los míos acaba de un trago su copa. "Vamos... y despídete, no seas desagradecido" me dice sonriendo.
Un beso, Jano
Jano bienvenido y gracias por tu MARAVILLOSO comentario.
EliminarEs un gustazo y un lujo para mi modesto blog tener un comentarista como tú.
Besos
Voy a tener q pasarme por ese café....
ResponderEliminarBesos
Una delicia dde relato.
Te estaré esperando...
EliminarGracias por tus palabras.
Besos
JEJEJEJEEJE... "ESE CAMBIO DE LUCES"....!
ResponderEliminarUN ABRAZO
http://enancasdelarazon.blogspot.com/
Reltih cambio de luces sí, pero todavía no veo estrellas jajajajajaja
EliminarBesos
mmmmmmmmmmmmmmmmmmm super excitante, Lau.
ResponderEliminarEspero ansiosa al próximo domingo :D
Un beso y feliz S. Santa
Novi te mantendré al tanto de lo que suceda...
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Besos preciosa
yo muero allí mismo, supongo, : )
ResponderEliminarahora de qué, no sé... la pequeña muerte o cualquier otra que se me viene a la cabeza ahora
No creo que sea para tanto...
EliminarSaludos
Madre mía!!!!!!!!! madre míaaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarLA PRIMAVERA LA SANGRE ALTERA!!!
unas con resaca de invierno...y otras con ganas de verano...
que "osada" es la gente...en público...
yo...ya sabes...me haría la muerta...
un BESAZOOOOOOOOOO!!!!!!! MUAAAAAAAA
Así es mi querida Mam, la primavera que la sangre altera y también ayuda que dejé la medicación que me alteraba la libido, será por eso que volví a ser osada...
EliminarAunque me sigue pareciendo mejor idea la tuya de hacerme la muerta para que hablen bien de mí jajajajajaja
Petonets maca
Y que a mí no me pasen esas cosas en las terrazas. Al menos no más allá de lo que pienso. Leyendo tus relatos cada día entiendo más que la fidelidad es una perversión y un pecado muy tonto, un mal vicio en definitiva. Besos.
ResponderEliminarViendo la fecha del relato veo que he estado muy perdido para internet pero tu también.
S quisiera verte la carita (aunque fuera de lejos) si tú fueras el prota del relato de mi post jajajajajaja
EliminarEstamos de acuerdo, la fidelidad es un vicio que envenena y mata el alma...
Besos (BEP)
Muy buen relato, si quieres dime dónde está esa terraza, y nos tomamos algo, vale?
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