Esta semana hablando con un amigo por facebook, me preguntó qué me gustaba. Le respondí que dormir. Él rió y a su vez me contó sus gustos, me fijé en que somos muy afines, sobre todo en lo que al sexo se refiere, pero, ¿a quién no le gusta el sexo?
Luego en su perfil observé que además de lo que me dijo, también le gustan los juegos de rol; eso me ha estado dando vueltas en la cabeza por estos días y me hizo acordar de mi época sumisa, así que esta vez plasmo aquí el recuerdo de una de mis sesiones, pero a través de los ojos de mi Amo por ese entonces...
Conecto los altavoces y dejo el despacho en penumbra. Las veinte horas, entro en el messenger.
A mi espalda y sobre la cabeza un pequeño icono bizantino del siglo V d.C., un capricho arrancado a base de comisiones.
"Hola..." parpadea la pantalla.
No respondo, me gusta tenerla en tensión unos minutos. Es como obtengo la cocción exacta de su libido.
"No te toques, no te muevas, no hables" escribo en el teclado.
Abro mi agenda y repaso la semana. Me desabrocho la corbata y me aflojo el cinturón.
La pantalla no da señales de variación ninguna. Siempre ha sido muy obediente.
"Debes aprender a permanecer a mi disposición..." vuelvo a teclear.
Noto mi polla hinchándose. Siempre reacciona estupendamente ante sus muestras de sumisión.
Me fijo en el amplio sofá blanco del despacho, recuerdo como celebré mi ascenso follando con una puta sobre él.
"Conecta tu micrófono" y al instante oigo su lejana respiración. De momento es calmada, profunda.
Bebo un sorbo, subo los pies a la brillante mesa de ébano y me recuesto sobre el sillón.
Me desabrocho los pantalones. Extraigo mi engordada polla.
Conecto mi micrófono.
"¿Me oyes?"
"Si Señor..." responde
"¿Estas excitada?"
"Si..." dice lánguidamente
"¿Quieres masturbarte verdad?"
"Sí, lo deseo..." afirma sin dudarlo
"Hoy no te vas a correr, voy a masturbarme y tú no podrás hacerlo"
No responde, se hace un silencio cargado, tenso.
"¿Me has oído?" la pregunto
"Sí, Señor..."
"Ahora permanece en silencio e inmóvil..."
Cierro los ojos y mientras mi mano trabaja con experiencia mi miembro, la imagino quieta, silenciosa, sumisa.
Me corro arropado por el sonido arrullador de su respiración sumisa.
Es justo en ese momento cuando la siento más mía que nunca, cuando la adoro, cuando la poseo como nadie la poseerá.
"Me has complacido, te felicito...." y desconecto el messenger.
Luego en su perfil observé que además de lo que me dijo, también le gustan los juegos de rol; eso me ha estado dando vueltas en la cabeza por estos días y me hizo acordar de mi época sumisa, así que esta vez plasmo aquí el recuerdo de una de mis sesiones, pero a través de los ojos de mi Amo por ese entonces...
Conecto los altavoces y dejo el despacho en penumbra. Las veinte horas, entro en el messenger.
A mi espalda y sobre la cabeza un pequeño icono bizantino del siglo V d.C., un capricho arrancado a base de comisiones.
"Hola..." parpadea la pantalla.
No respondo, me gusta tenerla en tensión unos minutos. Es como obtengo la cocción exacta de su libido.
"No te toques, no te muevas, no hables" escribo en el teclado.
Abro mi agenda y repaso la semana. Me desabrocho la corbata y me aflojo el cinturón.
La pantalla no da señales de variación ninguna. Siempre ha sido muy obediente.
"Debes aprender a permanecer a mi disposición..." vuelvo a teclear.
Noto mi polla hinchándose. Siempre reacciona estupendamente ante sus muestras de sumisión.
Me fijo en el amplio sofá blanco del despacho, recuerdo como celebré mi ascenso follando con una puta sobre él.
"Conecta tu micrófono" y al instante oigo su lejana respiración. De momento es calmada, profunda.
Bebo un sorbo, subo los pies a la brillante mesa de ébano y me recuesto sobre el sillón.
Me desabrocho los pantalones. Extraigo mi engordada polla.
Conecto mi micrófono.
"¿Me oyes?"
"Si Señor..." responde
"¿Estas excitada?"
"Si..." dice lánguidamente
"¿Quieres masturbarte verdad?"
"Sí, lo deseo..." afirma sin dudarlo
"Hoy no te vas a correr, voy a masturbarme y tú no podrás hacerlo"
No responde, se hace un silencio cargado, tenso.
"¿Me has oído?" la pregunto
"Sí, Señor..."
"Ahora permanece en silencio e inmóvil..."
Cierro los ojos y mientras mi mano trabaja con experiencia mi miembro, la imagino quieta, silenciosa, sumisa.
Me corro arropado por el sonido arrullador de su respiración sumisa.
Es justo en ese momento cuando la siento más mía que nunca, cuando la adoro, cuando la poseo como nadie la poseerá.
"Me has complacido, te felicito...." y desconecto el messenger.
Nunca he jugado el roll Dominante pero he llegado a entender la excitación que supone el saberte dueño de la voluntad de alguien, aunque a mí, la verdad, con la posesión física me basta.
ResponderEliminarUn beso, Laura
Novi yo sí he tenido los dos roles, aunque el de Dominante no me mola mucho, en su momento lo desempeñaba más por agradar a mi pareja de turno, que por otra cosa. Curiosamente lo que sí me pone es pensar en lo que está sintiendo Él, en la excitación que puede tener y el placer que pueda sentir por el sólo hecho de verme sometida a Su voluntad.
EliminarAy Dios, ya me metí de cabeza en el rol de sumisa, hasta estoy poniendo mayúsculas y todo jajajaja
Besos y feliz inicio de semana
Es curioso, pero para mí el rol era otra cosa... ya sabes, Dagones y Mazmorras o El Señol de los ANillos.
ResponderEliminarPero pinta bien también esta opción.
Abrazotes.
Borja pensaba que El Señor de los Anillos era un libro. Y lo de dragones y mazmorras, ¿Eso qué es? jejejeje
EliminarUn besazo y feliz lunes
Ciertamente, no están mal estos jueguitos. Aunque quien sabe si a esta edad no me pongo a hacer el ridículo... Saludos.
ResponderEliminarDarío creo que a cualquier edad viene bien jugar...
EliminarBienvenido
Dragones y Mazmorras fue un juego que se jugaba en los 70 por todo los USA, en los 80 hicieron una serie de dibujos animados con encanto ... hasta que le cambiaron el doblaje hispano por otro español y la pifiaron (le quitaron la magia), luego sacaron los juegos de ordenador de AD&D (Advanced Dungeons and dragons) y como lo cogí con gusto me entregué hasta el exceso (me pasa con todo). Jeremy Irons protagonizó una peli en el 2000 de esta historieta...
ResponderEliminarY sobre los otros, antes de morir quiero conocer a una sumisa y sentir el placer de saber que alguien me pertenece por completo (y ya se sabe que eso de pertenecer no viene sin contrapartida: mi perra, una labradora cabezota como el dueño, es mía, pero eso tb me convierte a mí en suyo). Claro que no sé hasta qué punto es pura fantasía ese "sin límite" que promete una sumisa, entre otras cosas porque no conozco a ninguna, jajaja.
Un beso o dos
Rafa tenía una idea del juego y te agradezco la precisión pues no soy aficionada, vamos, que ni por curiosidad me ha dado jamás por jugar ningún vídeo juego.
EliminarRespecto al otro juego de rol, para no haber conocido nunca a una sumisa, al parecer tienes muy claro de qué va la cosa; ella te pertenecerá completamente si la entrega no es fingida, pero tú serás suyo también, es un toma y dame.
Ahora que si lo que quieres es jugar un rato y hacer el paripé, también encuentras otras alternativas en la red, es lo bueno del Internet, que todo te lo pone a pedir de boca.
Besos
Nadie podrá decir que ese hombre es excesivamente demandante. Hay que ver la parte llena del vaso, ahí reside la felicidad, besos
ResponderEliminarRick para mí durante un tiempo ese hombre lo fue TODO!!!
ResponderEliminarY ahora que lo pienso, me hizo feliz mientras duró.
Besos
"Qué corto es el amor y qué largo es el olvido" , escribió el poeta.
EliminarBesos
"Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
ResponderEliminarEs tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido."
Quien no recuerda el poema 20 de Neruda...
Y sí, aún mi alma no se contenta porque él ya no está conmigo.
Besos Rick