Lo bueno de los recuerdos es que te permiten sentir cerca a personas que hace mucho tiempo no están presentes en tu vida, personas que creías olvidadas para siempre, pero que de cuando en cuando vuelven a ti envueltas en un halo de nostalgia.
Recuerdo
como si fuera ayer mi inocencia perdida irremediablemente, el susto que
me devoraba las entrañas mientras te aguardaba parada en una esquina
como una puta esperando a su cliente, y al mismo tiempo esa emoción tan
fuerte por ser tan atrevida, porque hacía lo que a ninguna de mis
compañeras de entonces les pasaba por la mente ni en el más descabellado
de los supuestos.
Al
principio no le veía problema en que me recogieras a la salida del
colegio, hasta que el padre en clase de religión nos dijo que si íbamos
por ahí haciendo "cosas indebidas" nos quitáramos el uniforme antes de
hacerlas, pues sería a todo el colegio al que señalarían y pagaban
justas por pecadoras. Por tal razón, convenimos que nuestros encuentros
serían luego de que fuera a casa a cambiarme, o en el peor de los casos,
llevaba la ropa en el bolso y me cambiaba en el baño antes de salir.
Tu
estrategia de seducción fue acercarte a mí como un padre preocupado por
el bienestar de su niña, siempre pendiente de mis deberes escolares, de
que me sintiera cómoda en tu compañía, de llevarme a todos los sitios
que se me antojaba ir, incluso a veces de darme una mesada adicional,
"para lo que te haga falta" decías, y yo pensaba, como me quiere este
hombre, ojalá mi papá me tratara así y se preocupara por mí del mismo
modo.


Hasta que llegó el día en que me dijiste que para evitar comentarios mal intencionados, miradas de desaprobación o hasta encuentros inoportunos con alguien que nos conociera, lo mejor era ir a un lugar donde podíamos estar solos. Yo acepté aunque con mucho remilgo, ya que ese día precisamente iba con mi uniforme de colegiala, me convenciste con el mejor argumento: A donde vamos sólo te veré yo.
El
motel era común, con un fuerte olor a jabón chiquito y la cama aunque
pequeña, me pareció enorme y me asustaba, así que decidí que no la
tocaría, como si sólo se pudiera follar en la cama, cosas de la
inocencia, creo.
Tampoco me desvestí, como si el hecho de verme con mi uniforme te fuera a impedir aproximarte a mí, no sabía yo aquél día que precisamente verme así era lo que más te excitaba, lo que te volvía loco.
Tampoco me desvestí, como si el hecho de verme con mi uniforme te fuera a impedir aproximarte a mí, no sabía yo aquél día que precisamente verme así era lo que más te excitaba, lo que te volvía loco.
En
una sola tarde experimenté tal cúmulo de sensaciones como jamás he
vuelto a sentir: dolor, miedo, asco, culpa, placer, ahogo, más placer,
orgasmos con y sin penetración, sobre todo cada vez que me chupabas el
coño, me decías que mis jugos te daban vida y yo me lo creí a pie
juntillas, así que dejé que me comieras el coño todo el tiempo que te
dio la gana.
Descubrí también que tu polla era el mejor manjar que había probado hasta ese momento, al principio gemías muy quedo, pero conforme aprendía a mamarla tus gemidos se transformaban en gruñidos y gritos de placer, al mismo tiempo que me indicabas como hacerlo: lame despacio, chupa, ahora succiona fuerte, así, lo estás haciendo muy bien pequeña, ahora hazlo como chupando ese helado de mandarina que tanto de gusta, mírame nena, así, que vea tu carita preciosa mientras te la meto hasta la garganta, mis lágrimas afloraban pero seguía chupando sometida a tu voluntad, ahora sólo la cabecita, mmmmm que rico y te gusta putita, tienes el coño todo mojadito...
Cuando al fin sentí tu polla dentro de mí pensé que ibas a partirme en dos, un dolor intenso mezclado con un placer infinito,
-Así cariño, no temas que no te haré daño.
-Así cariño, no temas que no te haré daño.
-Me duele, pero sigue.
Y
me besabas llevando el mismo compás en mi boca y en mi coño,
ufffffffffff que delicia. No me la saques nunca, te susurraba al oído y
tú me contestabas que yo era la fuente de tu vida, que no me dejarías y
siempre la tendría sólo para mí.
Durante casi ocho años cumpliste tu promesa religiosamente, todos los martes y viernes...
Pequeña Lulú...
ResponderEliminarDarío así es, ni más, ni menos...
EliminarBesos
Al final ese es el secreto de la vida, beber de todas las fuentes de conocimiento..
ResponderEliminarPersonalmente ahora me pirran las fuentes con algo más de
" conocimiento" Ha llovido mucho y vuelve a brotar el agua de ellas...
Esto no iba de fuentes verdad??
Prego signorina! Soy un hombre y recibo mensajes confusos.
Martes y viernes, sin faltar ocho años?
Mamma mía
No más nada que decir..
Un piacere
beso
Sicilia
Sicilia me identifico plenamente con tu frase: "Ha llovido mucho y vuelve a brotar el agua de ellas..." Creo que el agua de mi fuente ahora es más fresca y calma mejor la sed.
EliminarClaro que iba de fuentes!!!! jajajaja
Pues sí, ocho años. El tiempo vuela...
Besos
Una buena historia. Inagotable tu fantasía.
ResponderEliminarBesos
Rick este relato no es fruto de mi fantasía, la etiqueta dice "experiencias".
EliminarBesos
...traigo
ResponderEliminarecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
LAURA
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE EXCALIBUR, DJANGO, MASTER AND COMMANDER, LEYENDAS DE PASIÓN, BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC…
José
Ramón...
Gracias José Ramón por tu poema y la invitación a tu blog, claro que me pasaré y ya te comentaré que tal me ha parecido.
EliminarNo soy muy dada a la poesía, pero jamás desprecio una invitación.
Besos
: )
ResponderEliminar(...y que valga por mil palabras)
y por mucho que me hubiera gustado, no hubo mujer que me pervirtiera (o no, q hiciera realidad mis sueños de perversión) cuando yo era joven como lolita (en hombre será Manuel, Manolo, Lolo, Lolito)
Beso a la jovencilla que todavía eres,
Rafa vale por el número de palabras que quieras.
EliminarMe gusta el "Lolito" jajajajaja y gracias por lo que me toca de jovencilla.
Un saludo
Falta de coraje...que no de ganas...
ResponderEliminarya te digo...como dice Alejandro en su blog....las creencias nos condicionan...
menos mal que crecemos y cambiamos...
y recuperamos...
BESITOOOOOSSSSSSS guapaaaaa!!!!
Mam no creo que seas de esas mujeres a las que les falta coraje, al contrario, por lo poco que te conozco, creo que eres una mujer valiente, dedicida y con un ímpetu sin límites; no todos nos volcamos en una causa como tú lo haces, con esa pasión que admiro de veras.
EliminarSi como dices has cambiado, entonces de ahora en adelante a recuperar el tiempo perdido!!! jajajaja
Petonets maca
Yo es que soy como Harpo, para sacarme sonidos hay que currárselo mucho. Pude haber sido Lolito de una profesora cuando era un chavalín, me rajé y luego me arrepentí durante años y más años.
ResponderEliminar:-(
Un besito :-)
Sbm me hiciste sonreír al recordar a los hermanos Marx, ¿ves? siempre me alegras el rato, ya sea con música, o haciéndome evocar a un cómico fantástico!!!
EliminarQuien no arriesga un huevo, no saca un pollo, o eso dice el refrán. Yo prefiero arrepentirme de ser impulsiva y a veces hasta de meter la pata, que arrepentirme de quedarme quieta, de no dar el paso...
Besos
Je, yo también, pero eso me lo ha dado la vida. Antes era un chico con espinillas, jajaja
EliminarEntonces será que yo he sido muy precoz... jejejeje
EliminarBesos
Sí la experiencia es bella, no creo que haya pecado, pero sólo es la opinión... de un viejo algo libertino.
ResponderEliminarCarlos viejo y libertino tú???? No me lo creo...
EliminarPara mí el pecado no existe.
Besos
Esa experiencia mas que marcar enseña por que es querida por ambos.
ResponderEliminardelicioso post.
Un saludo.
efe{LL}
efe{LL] bienvenido!!! Precisamente estaba ahora disfrutando de vuestro blog.
EliminarTienes razón, esa experiencia me enseñó mucho, lo amé profundamente y creo que él a mí también...
Besos
Jeannine
ResponderEliminarAsí se llamaba mi profesora de lengua francesa en el primer curso de instituto.
...Nos dejamos un delicioso sabor de boca.
Merci, por recordármela
Mahler gracias a ti por pasarte y compartirme ese secreto.
EliminarJeannine, me gusta ese nombre.
Besos